Reclutando profesionales digitales para la guerra

Mediante sus inversiones en los grandes medios de prensa, y las influencias políticas que manejan a nivel global, la industria armamentista viene convenciendo al mundo de que la guerra es inminente e inevitable, incluso necesaria. Fabricando así el consenso social que les ayuda a disminuir la resistencia ciudadana, para que finalmente los gobiernos aliados a estas compañías, puedan aumentar sus inversiones en “defensa” y así comprarles más armas. Todo esto, genera un terreno fértil para la proliferación de las empresas de tecnologías relacionadas con lo militar, las cuales vienen firmando contratos billonarios como nunca antes. Dado este crecimiento, el sector privado aumenta sus esfuerzos en el reclutamiento de talentos para sus filas, pero estas corporaciones y empresas emergentes, no son tan lejanas a nuestro rubro digital como tal vez solemos pensar.

Desde nuestras cómodas oficinas, con juguetes electrónicos, escritorios que se elevan y actividades grupales recreativas, es fácil pensar que las empresas en tecnologías digitales, poco tienen que ver con la guerra y lo relacionado con ella. Pero basta con sacar un poco la cabeza del ombligo para darnos cuenta de que no es así, como se puede apreciar en el siguiente gráfico publicado por McKinsey & Company en su sitio web, el crecimiento de la industria tecnológica militar fue enorme durante la década del 2010, y muy lejos de estancarse, ha seguido creciendo consistentemente en los últimos años.

Tech disruptors are increasing in numbers, focusing on a range of defense tech.

Durante los tiempos de aparente calma global, los capitales de riesgo, acostumbrados a invertir en aplicaciones y servicios digitales, veían el hecho de participar en la industria bélica como moralmente controversial. Pero esta tendencia viene cambiando sistemáticamente y está lejos de alcanzar su techo, como menciona PitchBook en su web: “El sector ahora cuenta con varias empresas con valoraciones de miles de millones de dólares. Anduril, el fabricante de sistemas autónomos para la guerra, fue valorado en 8.500 millones de dólares el año pasado. El desarrollador de sistemas de defensa Shield AI recaudó 200 millones de dólares con una valoración de 2.700 millones de dólares el mes pasado. Y Skydio, que fabrica drones impulsados por inteligencia artificial, recaudó 230 millones de dólares con una valoración de 2.200 millones de dólares en febrero.” A todo esto, la misma fuente concluye que: “La tecnología de defensa seguirá creciendo. Será parte de las estrategias centrales de los grandes fondos, y se verán aparecer fondos de nivel medio para centrarse en el sector”.

No solo las inversiones privadas juegan en este campo, los gobiernos y sus agencias de seguridad, son los organismos más implicados en el asunto, como cuenta Roberto González en su recomendable artículo llamado: La militarización de las grandes empresas tecnológicas:“… durante el Gobierno de Obama, Ash Carter, creó un puesto del Pentágono a menos de 3 km de distancia de Googleplex. La Unidad de Innovación de Defensa (DIU, por sus siglas en inglés), fue creada en agosto de 2015 para identificar rápidamente a empresas que desarrollan tecnologías de vanguardia, que podrían ser útiles para las fuerzas armadas, e invertir en ellas (Kaplan, 2016). Con DIUx, el Pentágono construyó su propia aceleradora de empresas emergentes dedicada a financiar empresas especializadas en inteligencia artificial, sistemas robóticos, análisis de megadatos, ciberseguridad y biotecnología…”

Acomodando la narrativa, para normalizar el lenguaje militar en la industria digital

En esta coyuntura caracterizada por el aumento de las tensiones armadas a nivel global, vamos viendo como algunos países, supuestamente “democráticos” promocionan y apoyan la guerra a pesar de que su población se manifiesta rotundamente en contra, varios de estos gobiernos incluso comienzan a hacer circular la idea de volver al servicio militar obligatorio. Por su parte, las empresas que trabajan en software militar y relacionados, se van animando a hablar abiertamente de sus negocios en estas áreas, con una soltura que da miedo. Mientras que en otras industrias, las compañías se muestran como “neutrales proveedoras de herramientas”, en la industria bélica ese no parece ser el caso, incluso van dejando en claro como toman partido por la potencia que les convenga.

“Si las grandes empresas tecnológicas van a darle la espalda al Departamento de Defensa de EE.UU., este país va a estar en problemas… No tiene ningún sentido para mí… Uno de los trabajos del equipo de liderazgo superior es tomar la decisión correcta, incluso cuando sea impopular”

Jeff Bezos – Director Ejecutivo de Amazon (link)

“Sabía que necesitábamos más empresas con gente inteligente y mucha inversión trabajando para garantizar que Rusia y China no dicten el futuro de la guerra, para que no dicten las normas detrás de cómo se utiliza la inteligencia artificial… Y sentí que tenía la responsabilidad de hacer algo con el dinero que había ganado, que marcaría la diferencia”.

Palmer Luckey – Cofundador de Anduril (link)

“Si no se siente cómodo apoyando los esfuerzos legítimos de EE. UU. y sus aliados en el contexto de la guerra, no se una a Palantir”

Alex Karp – Director Ejecutivo de Palantir (video)

Cuando las personas referentes de la industria se expresan en esta forma tan marcada, sientan un precedente y animan a otres a explorar estas aguas turbias sin pudor, contribuyendo así a naturalizar el acto de sacar beneficios económicos de la opresión, asedio y muerte de otras personas. Como es el caso de Empresarios 5.0 que dice en su artículo que “los escenarios para las milicias de cada país presentan nuevas oportunidades”, y luego agregan que “lo peor de los negocios no son los negocios en sí, ¡ES NO ESTAR EN ELLOS!”, casi lavando las manos de quienes hacen dinero en la industria militar, a la vez que intencionalmente separando la acción de su impacto.

Las compañías aprovechan el contexto actual para hacer crecer sus filas

Los principales contratistas de defensa como Lockheed Martin, Northrop Grumman y Raytheon emplean a decenas de miles de ingenieres y desarrolladores de software para proyectos militares, mientras que se espera que el mercado mundial de ciberseguridad para la industria aeroespacial y de defensa crezca de 12.700 millones de dólares en 2021 a 22.800 millones de dólares en 2026, a una tasa compuesta anual del 12,5%. En el siguiente gráfico publicado por BVP en su web, se puede ver como el sector privado se reparte las diferentes áreas de la industria.

Según comenta Acara en su blog: “La rotación de empleados en la industria aeroespacial y de defensa aumentó al 7,1 por ciento en 2022, frente al 5,7 por ciento en 2021, y el 29 por ciento de la fuerza laboral del sector tiene más de 55 años y dejará una brecha de 3,5 millones de trabajadores para 2026 tras la jubilación. Desde 2014, el número de puestos de trabajo que requieren autorización de seguridad ha aumentado casi un 1.000 por ciento, mientras que el número de candidatos calificados para esos puestos ha aumentado menos del 10 por ciento, dejando más de 70.000 puestos vacantes”. Por otro lado, Morning Consult publica en su web que: “Un tercio de los trabajadores tecnológicos (34%) dice que es más probable que hace un año aplicar sus habilidades a proyectos militares, citando la naturaleza de las oportunidades disponibles y la incertidumbre global. Casi la mitad de ellos (48%) apoya que su trabajo se utilice en combate”.

Lamentablemente, esto pone a las empresas en el centro de la acción. ZipRecruiter enumera más de 38.000 puestos de trabajo abiertos de Ingeniería de software militar, con salarios que oscilan entre 120.000 y 205.000 dólares al año. LinkedIn lista unos 81,000 puestos vacantes en la misma línea, y muchos de estos puestos incluyen entre sus requisitos, la necesidad de poseer una autorización de seguridad de EE. UU. activa, también incluyen descripciones como “La vertical de productos de defensa de Palantir construye productos de misión crítica para el combatiente moderno”.

El futuro de la industria digital, parece un lugar distópico

Así como fuimos especializándonos en otras industrias; finanzas, salud, educación, incluso en el ámbito cívico y gubernamental. En la medida que se va normalizando el rol del software en los asuntos de guerra, también en ese sector podemos esperar la especialización de la fuerza laboral.

Imagina el día que sea normal: ver como personas que conocemos se convirtieron en especialistas en el sector bélico, imagina ver sus títulos laborales y artículos en LinkedIn a diario. Imagina el día en que leamos libros y escuchemos pódcasts, acerca de las “buenas” prácticas en diseño y desarrollo digital para la guerra. Imagina buscar mentores en ADPList con dicha especialización, imagina esos cursos rápidos en línea y autogestionados, que nos ayudarán a traducir nuestras habilidades actuales, para servir a la industria bélica, mientras nos facilitan los trámites estatales para obtener las credenciales de seguridad necesarias para el puesto.

Imagina al departamento de recursos humanos generando actividades empresariales recreativas con temática militar. Imagínate presentando las métricas del semestre en una reunión general, hablando de como mejoramos la experiencia de los activos de nuestros clientes en combate, imagina esas métricas de éxito, donde demostrar como ayudamos a vigilar, asediar y asesinar a más personas que el producto de la competencia, y todo de una forma más eficiente que la versión anterior…

Comments

2 respuestas a “Reclutando profesionales digitales para la guerra”

  1. Rodrigo Ayarza Avatar

    Excelente artículo!!!
    Los datos, números, indicadores, expresiones de actores archiconocidos son extremadamente cuidadosos y relevantes.
    El final transmite mucha fuerza. Me gusta leer un texto en donde finalice con el «imagina»… acerca y mucho al lector. En mi caso me siento que estoy dialogando con quien escribe el artículo.
    El artículo tiene sus puntos altos. Es respetuoso, no siento que se desarrolle para buscar la polarización, es así que por punto alto me refiero a que me siento respetado en todo momento, recibo información relevante, actualizada y de interés que desconocía. Lo que me lleva a evaluarlo con un excelente.
    En cuanto a creatividad del tema. Muy original. Actualidad: desconozco el tema y me hizo pensar en este tema que no es habitual para mí.

    Pondría la frase final como subtítulo para mayor enganche… Todo sea por la eficiencia y superar la versión anterior… la competitividad… no nos podemos dormir… algo irónico. Pero no es relevante.

    1. Máximo Gómez Avatar

      Muchas gracias por tus comentarios Rodrigo, significan mucho para seguir adelante con la iniciativa.

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